sábado, 7 de septiembre de 2013

Riddick, Ruler of the Darkness

Saludos, amiguitos.

Hoy procede hablar de un calvo heroico, violento, escapista y sarcástico... Porque lo confieso: adoro a ese personaje llamado Richard B. Riddick, desde su primera (y discreta) aparición en Pitch Black (2000), pasando por su segunda y más espectacular en las Chronicles of Riddick (2004), hasta sus pares digitales: Escape from Butcher Bay (2004) y Assault on Dark Athena (2009). Sin olvidarnos de un curioso episodio de animación: Dark Fury (2004). La "franquicia" Riddick tuvo su momento de gloria, y os aseguro que un niño como yo disfrutó un montón con este escaped convict tan entrañable... Pero ahora David Twohy y Vin Diesel vuelven al ataque: Riddick, Rule the Dark (2013), y la han pifiado, como ya diremos. Comencemos por el principio, amigos.

¿Por qué adoro a Riddick? Porque es un antihéroe solitario, salvaje, lacónico, sarcástico (ya lo he dicho), es fuerte, ágil y astuto, y porque es, sencillamente, un personaje magnífico, repleto de posibilidades literarias y de giros atractivos. Veamos: Riddick fue abandonado y obligado a vivir en una huida hacia adelante continua; en un mundo de luces y civilización, él fue condenado a la oscuridad del trullo (de los slams) y de la podredumbre humana, hecho aciago que le convertiría en un asesino despiadado y un verdadero maestro de la fuga. Y desengáñense: Riddick no es un motherfucker sin paliativos, sino que muy al contrario alberga un código de honor basado en la lealtad, la fuerza y la perseverancia por y para la supervivencia, y en la camaradería guerrera; en su mitología interna, todo lo demás sobra. Por eso el arma más poderosa de Riddick es su férrea y aguzada percepción; su animal side está a flor de piel, permitiéndole concentrar toda su atención sobre las amenazas y obstáculos que pudieren sobrevenir. Nuestro antihéroe desprecia, guiado por la misma lógica, la debilidad de los hombres civilizados y el deshonor, la deslealtad y la languidez de los idiotas. Riddick es un depredador solitario, perseguidor y perseguido: "Not hiding... hunting", el cazador de monstruos que defiende a su costa a los inocentes (the weak), y el poderoso ególatra que busca la confrontación con los soberbios y las bestias, trátense de bounty hunters o de repugnantes y terribles seres alienígenas.

Asimismo, Riddick es un blademan, un asesino despiadado que se sirve del arma blanca para ejercer la muerte, debido a que lo que realmente busca es la confrontación directa y palpitante con su oponente: "In the end, everybody bleeds the same" (otra de las frases memorables del Dark Athena). "You're not afraid of the dark, are you?" Riddick decidió ver y vivir en la oscuridad, porque para matar monstruos debes convertirte en uno. La vida es dura, y de nada sirve la obediencia a un hombre ("I bow to no man"), o la creencia en un Dios ("I absolutely hate the fucker"); esto es lo que hay, colega: tú y las tinieblas. O peleas o mueres.

Sin miedo, sin rencor, sin mirar atrás. Hacia adelante, contra todos. Y que no parezca que la consistencia del personaje se tambalea, pero yo creo que los productos mencionados nos arrojan luz no ya sobre un Riddick, sino sobre varios. Yo distinguiría entre un Riddick matón, ególatra y socarrón (Pitch Black, Riddick, Rule the Dark), otro Riddick lacónico y reflexivo (The Chronicles of Riddick, Assault on Dark Athena, Dark Fury), y finalmente (y el que menos me gusta, todo sea dicho), un Riddick cuasi místico, conducido por un destino religioso e inapelable (Butcher Bay, y The Chronicles en la versión del montaje del director). Si este hecho empobrece o enriquece a la saga, es algo que debe juzgar el espectador. Por mi parte, esto no me molesta. Riddick es una franquicia de ciencia ficción, y no una novela realista decimonónica; no pidan peras a los olmos. Además, Twohy himself ya lo decía: en la primera parte quiso contar una historia de ciencia ficción y de terror, y en la segunda quería desarrollar un mundo de fantasía épica, luego necesitaba más de un Riddick para eso.

Por cierto, y como nota aparte, les animo a que vean las pelis en su idioma original: la traducción castellana es engañosa y no hace justicia a los personajes, y en particular a su protagonista, cuya voz trémula y siniestra, amén de sus quiebros léxicos, sencillamente no se transmiten en el doblaje. Es obligatorio, qué coño.

También me gusta la franquicia por la calidad de su entorno. Según se deduce de los filmes, la humanidad se ha expandido por el universo de una manera poco ordenada, caótica, y se ha encontrado con una infinidad de mundos plagados de peligros y hostilidades. Corren tiempos duros, en los que personajes como Riddick cobran todo su sentido. Un universo de ingenieros, religiosos, colonos, científicos, buscavidas... y de mercenarios. Esto lo hace aún más atractivo: se trata de un entorno abierto y repleto de colorido y acción, donde todo es posible. pero al mismo tiempo es un universo construido desde premisas muy concretas: subyace una oscuridad y una crudeza sin par en todo lo que existe, y muy pocos son los que se atreven a levantar la alfombra y mirar debajo. Del mismo modo, Twohy consigue con la cámara recrear una narración dinámica y sugerente, y algo moderno y original que se traslada al preciosismo visual desplegado en las dos primeras entregas de la saga.

Y en cuanto a los malos, qué decir, los Necromongers son de lo mejorcito que he visto: una flota oscura y depredadora que devora mundos enteros. Una legión de neo-gnósticos guerreros que convierten o matan. Sin palabras. Es una lástima que hayan decidido dar carpetazo con ellos, porque hubieran dado para más de una buena historia de locura y muerte. En particular, siento debilidad por esa pareja tan... bonica, que suponen Lord & Dame Vaako.

¿Y qué queda de todo esto en esta tercera entrega que he ido hoy a ver? Nada. Un guión sin pies ni cabeza, un Riddick deslucido y bobalicón, unos personajes secundarios absurdos, y una narración que no va hacia ninguna parte. Se nota: había poco talento y poco presupuesto para hacer la peli, y sólo el empeño de un simpático y tenaz Vin Diesel pudo llevar a término el despropósito. No sé por qué me da, pero el Sr. Twohy no sentía especial debilidad por ampliar una saga que consideraba muerta y enterrada. Una paupérrima y pretenciosa serie B, por decirlo claramente. Y es que ya lo preví cuando hace más de un año, quizás dos, tuve constancia de qué iba el tema: "Un refrito de Pitch Black y algunas cosas mal escogidas de aquí y de allá", pensé. Cualquier guionista de juegos de videoconsola lo hubiera hecho mejor, ¡si es que no era tan difícil!

Aun así, mi devoción por Riddick persiste. Y ahí me tendrán cuando saquen otra entrega, si es que lo hacen, jejeje. En fin, espero algún día recrear un juego de rol inspirado en estas joyitas cinematográficas; sería una forma fantástica e imaginativa de contribuir a la causa, no lo dudéis.

Aquí os dejo algunos enlaces de interés:

Riddick Wiki. Una mini-enciclopedia friquesca.
Concurso de pintura en DevianArt, que ya ha sido fallado, por cierto.
Ursa Luna, prisoner file.
Tigon Studios. La empresa de juegos de Vin Diesel.


¡Hasta pronto, amigos!